La aerofobia, también conocida como miedo a volar, es un temor intenso e irracional hacia viajar en avión o anticiparse a tener que hacerlo. Se estima que una de cada tres personas experimenta este miedo. Los síntomas pueden variar desde una leve incomodidad o nerviosismo hasta sensaciones más desagradables como sudoración, taquicardias, mareos, sensación de ahogo o dificultad para respirar, presión en el pecho, dolores o molestias digestivas, temor a perder el control, pensamientos catastróficos, entre otros.
Este miedo puede manifestarse de diversas formas y estar asociado a otras fobias:
- Miedo a sufrir un accidente, en este caso hablaríamos de una fobia específica.
- Miedo a encontrarse mal en el avión, a perder el control o a sufrir un ataque de pánico en lugares o situaciones donde resulta difícil escapar o recibir ayuda. Hablaríamos entonces de Agorafobia.
- Acrofobia o miedo intenso a las alturas.
- Temor a las sensaciones físicas asociadas al vuelo: Sensaciones por cambios en la presión atmosférica, por turbulencias, etc.
La reacción más común frente a cualquier fobia es evitar la situación temida, lo cual proporciona un alivio temporal de la ansiedad. Sin embargo, a largo plazo, esta evitación aumenta e incluso perpetúa el miedo, generando una pérdida de autonomía y privándonos de algo tan importante como nuestra libertad.
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Gracias a la innovadora y revolucionaria tecnología de Realidad Virtual, ahora es posible superar el miedo a volar.
Es más, podríamos hablar de mecanismos diseñados para la supervivencia, ya que cuando nuestra mente percibe un reto, una situación que requiere un estado de alerta o especial concentración, o bien cuando percibe un peligro o amenaza, nuestro cuerpo se prepara para dos cosas: atacar o huir. Estaríamos hablando de una reacción fisiológica primitiva que aparecería por ejemplo, si estuviéramos a punto de ser atacados por un león, o sin ir más lejos, del acto reflejo frente una situación de peligro mientras conducimos el coche.
Es entonces cuando se activa nuestro sistema nervioso y aparecen sensaciones físicas como tensión muscular, hiperventilación, opresión en el pecho, temblores, sensación de agobio o angustia, sudoración, mareo, taquicardias, entre otras.
El problema está cuando estos síntomas aparecen sin que haya una situación o estímulo que lo provoque (león), cuando éstos son desmesurados a la situación que lo genera y se producen con demasiada intensidad y frecuencia o cuando aparecen antes de que la situación haya ocurrido, pero sobretodo, cuando nos limita en nuestra rutina, interfiriendo en las diferentes áreas de nuestra vida (personal, social, laboral, sentimental). Es en este punto cuando estaríamos hablando de un Trastorno de ansiedad.
Nuestro objetivo es ayudarte a superar este miedo a través de recursos y estrategias para que puedas afrontar con éxito el subirte a un avión.
Si te sientes identificado, no dudes en ponerte en contacto conmigo, el primer paso es el más difícil pero es el que te cambiará la vida.