La claustrofobia es un trastorno de ansiedad específico que se caracteriza por un temor intenso e irracional a quedarse atrapado en espacios cerrados o que limitan el movimiento de la persona. Los individuos que sufren de claustrofobia suelen evitar situaciones como ascensores, túneles, transporte público como el tren o el metro, habitaciones pequeñas y espacios con mucha gente.
El miedo experimentado por las personas con claustrofobia no se limita únicamente al espacio cerrado en sí, sino también a las posibles consecuencias negativas que podrían ocurrir dentro de ese espacio, como la falta de aire o la asfixia debido a la percepción de una ventilación insuficiente.
Esta fobia puede tener un impacto significativo en la vida de quienes la padecen, ya que genera un malestar emocional considerable. Al igual que en otras fobias, la tendencia natural es evitar las situaciones que desencadenan el miedo. Por ejemplo, algunas personas pueden rechazar oportunidades laborales que implican viajar en tren o en coche durante períodos prolongados. También pueden evitar ir al cine con su pareja debido a la incomodidad que sienten en una sala oscura o pueden negarse a someterse a un TAC médico.
En resumen, las personas con claustrofobia experimentan los siguientes síntomas:
- Ansiedad extrema y miedo ante la presencia o imaginación del estímulo fóbico.
- Conductas de evitación.
- Pensamientos de que la persona se va a quedar sin aire.
- Pensamientos de muerte inminente.
- Hiperventilación.
- Sudoración.
- Taquicardias.
- Temblores.
- Dolor u opresión en el pecho.
- Aturdimiento, náuseas, mareo y dolores de cabeza.
Nuestro objetivo es ofrecerte recursos y estrategias para manejar la claustrofobia de manera que puedas afrontar con éxito los problemas del día a día y mejorar tu calidad de vida.
Si te sientes identificado, no dudes en ponerte en contacto conmigo, el primer paso es el más difícil pero es el que te cambiará la vida.
